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Volvió una noche 🌃

Y un día volví a escribir... Y a tener celular! Si leyeron la última entrada habrán visto de mis penurias al haber extraviado ese pequeño implemento al cual soy adicta: mi hermoso celular. Antes que nada quiero contarles que el conflicto con LATAM no tuvo resolución en el plazo que yo esperaba. No sólo demoraron más de lo que esperaba en darme una respuesta sino que (aparte de la suma irrisoria que me abonaron) pusieron todas las trabas habidas y por haber para intentar que me cansara y no pagarme. Cómo? Les paso a contar: para darme la compensación primero que nada me exigían (no pedían: exigían) que presentase las boletas de compra de todo lo que llevaba dentro del equipaje. Obviamente tratándose de prendas adquiridas hacía bastante tiempo las boletas ya no existían. Como opción me decían que pusiera artículos que figuraran en MercadoLibre o páginas similares con un valor como el de lo que yo había perdido. Una vez presentado todo esto tomaron el valor total y decidieron que sol

Quiero

Uno se pasa la vida queriendo. Queriendo hacer. Queriendo tener. Queriendo ser. Yo quise hacer del mundo mi patria. Quise llenarme los ojos de cielos y valles y mares y bosques. Quise besar la tierra sagrada, jugar en la blanca arena, escalar las mas bellas montañas. Quise tenerlo todo sin llevar nada. Viajar ligera de equipaje para que así entraran mejor los recuerdos, para que cupieran muchas más risas con desconocidos, más canciones en la plaza a medianoche, más atardeceres en el faro… Quise ser libre. Y me calcé al hombro una mochila, me subí al viento y partí. Dejé que sus caprichos me llevaran a esos lugares mágicos que solo él conoce. Me llené el alma con su canto y me entregué por completo a su voluntad. Y entonces, después de haber hecho eso que todos decían era imposible; después de tener un fragmento de eternidad para guardar; después de ser alguien que nadie creyó que sería… encontré que lo que de verdad quería era, simplemente, vivir.

Felisa me muero!

Antes que nada: FELIZ AÑO NUEVO!!!!  Sí, ya sé que pasó mas de un mes desde mi última entrada. Y no es que no haya escrito por falta de ganas. Ni siquiera por falta de tiempo. No pude escribir por falta de... CELULAR!!!  Así como lo leen, la muy boba perdió su celular y quedó incomunicada. Es que en estos tiempos donde todo se conecta con todo quien les escribe se ha convertido en una celu-dependiente. Tal es así que todas las fechas importantes las tengo agendadas ahí. Los teléfonos de todos mis contactos (tanto personales como de trabajo) están ahí. Mis libros. Mi música. Mis series y películas. TODO!!!  Así que en estos momento me siento absolutamente perdida (hasta para despertarme por la mañana el celular era mi aliado) y en un período de abstinencia tecnológica (la computadora del trabajo no cuenta porque pocas veces tengo internet).  Mas allá de mi tragedia (no es solo por la pérdida del celular, lean y van a entender mas) les cuento que estuve haciendo este tiempito.  En

Las ganas. Siempre las ganas

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El mes pasado les contaba que tenía nuevos proyectos, que hubo cambios y, si leían entre líneas, sabrán que estaba cerca de sentirme feliz. No es que esté diciendo que soy infeliz ahora... Pero siento que ese globito de la alegría que estaba tan hinchado en este momento está bastante arrugado. Confieso que mi mayor defecto es proyectar y creer que todo va a ser color de rosa y después, cuando la realidad aparece, me desilusiono y me deprimo enormemente. No es mi idea transmitirles mi bajón. Tal vez por eso no escribí esta entrada antes, esperando que algo ocurriera que me impulsara a escribir con un tono mas alegre y positivo, pero no.... Sin embargo, a pesar de todo, no pierdo las ganas de seguir adelante en esta aventura que emprendí hace casi un año. Espero (de hecho estoy segura) tener mejores ánimos para la entrada del próximo mes. Nos vemos en el camino.o

Nuevos comienzos

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Hace un mes atrás les contaba que, irónicamente, no tenía mucho para contarles. En ese lapso pasaron un par de cosas que me gustaría compartir y voy a hacerlo por orden cronológico. Por empezar conseguí hacer algo muy bueno (solo eso puedo contarles pero ya se van a dar cuenta que fue en posteos futuros). Solo puedo decirles que es algo groso. Al menos para mí. Me di el gusto de hacer el tour y ver a las ballenas en vivo y en directo. Si no les parece impactante es porque nunca lo han hecho. Les juro que es un espectaculo majestuoso. Y de paso estuve paseando en un yate un par de horitas (y me sentí una estrella de Hollywood). Por otro lado renuncié a la agencia de viajes donde estaba trabajando (ya no podía más con el trato del dueño, realmente es muy difícil de llevar ese señor). Y como siempre que se cierra una puerta otra se abre a mí se me abrió un portonazo y me presentaron a una señora que precisaba una socia para abrir una agencia de viajes, a

Ya llegó la primavera

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Cuando los meses son tranquilos como lo fue este, no encuentro mucho de que escribir. No tengo mucho para contar ya que no pasó nada importante. Salí un par de veces a hacer de guía de pasajeros que iban para Ecuador, aprendí a hacer masa de hojaldre, vendí empanadas… Cosas comunes que se pueden hacer en cualquier punto del planeta. Y no, no me moví mucho de Máncora… Pero… ¿cómo? ¿Vos no estabas de mochilera, viajando por todas partes? Sí, pero para viajar se precisa plata. Y el que te diga que no, te miente. Salvo que pretendas vivir de la caridad ajena, para viajar se precisa plata, dinero, billete. Así que para poder seguir viaje hay que juntar platita, esa que me gasté en el camino hasta acá, esa que voy a precisar para poder seguir. Entonces, para ganarla, hay que hacer lo mismo de siempre: trabajar. No hay otra forma de hacerlo. La plata se gana trabajando. Así que en eso estoy, trabajando para juntar plata. Plata que me permita seguir viajando hasta que se me termine

Mi amor es el mar

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Cuando tenes casi 40 y ves algo por primera vez (o casi) realmente es algo sorprendente. Digo casi porque, en realidad, yo ya había ido una vez al mar. Pero era tan chica que, más que recuerdos, tengo flashes muy, pero muy breves. Así que cuando llegué a Máncora hace dos meses para mí fue la primera vez. Y como toda primera vez fue sorprendente. Para alguien cuya única referencia sobre el mar era haberlo visto en videos y fotos pisar la playa y ver esa masa viva de agua que iba y venía con voluntad propia fue absolutamente alucinante. Nunca pensé que pudiera tener esa fuerza, que pudiera moverse de ese modo. Me resulta difícil hallar las palabras para describir mis sensaciones al ver semejante espectáculo. De mas está decir que casi me desesperé de ganas de meterme a probar como era bañarse en semejante turbulencia (las olas son bastante fuertes aquí). Así que armé mi carpa (sí, en la playa), me cambié la ropa por el traje de baño y me aventuré. Y ahí me llegó un recue